Tengo que empezar diciéndoles que no soy ciudadano nicaragüense. En principio, pues, no tendría derecho a inmiscuirme en los asuntos internos de este país sea cual fuere mi opinión sobre los mismos. Pero acogiéndome a la benevolencia de este digno medio de comunicación debo decirles, con el mayor respeto posible, que Nicaragua tiene muchos más hijos e hijas esparcidos alrededor del mundo que los meros figurantes en sus censos oficiales de población. Yo me considero uno de ellos… Aquella gran generación de jóvenes que hace casi tres décadas enamoró al mundo protagonizando la Cruzada Nacional de Alfabetización, que en palabras de la UNESCO representó “la movilización y participación popular más grande del siglo XX” o aquel “sombrerudo” Maestro Pineda que nos volvió a enamorar desde Río San Juan mostrándonos el sentido exacto de los versos de un gran poeta catalán, Miquel Martí i Pol, cuando nos recuerda que “tot està per fer i tot és possible” (Todo está por hacer y todo es posible…) o tantos otros esfuerzos ejemplares y didácticos de este generoso pueblo por recuperar su Palabra, su soberanía y su lugar en la Historia fueron multiplicando por doquier esos otros y esas otras nicaragüenses de adopción y de corazón como yo. Creo, por tanto, que si no por nacimiento, si por vocación y agradecimiento por lo mucho que he recibido de este pueblo (un infinito capital hecho de afecto, ternura, enseñanzas, saber, esperanza,…) tengo algo de derecho a hacer públicas estas líneas hablando de la decisión del Ministro de Educación de separar a Orlando Pineda y su equipo de la AEPCFA de la rectoría de la alfabetización de Nicaragua. Una decisión que, además, puede afectar la cooperación internacional, cooperación que en el ámbito de la alfabetización venimos desde Cataluña y España propiciando, orientando y organizando desde hace muchos años. Decía en el título que Nicaragua nos vuelve a sorprender… y en esta ocasión, además de la sorpresa, nos ha envuelto de una sensación mezcla a partes iguales de decepción e indignación. Primero porque entendemos que ha habido una voluntad de dañar, de golpear, de herir a Orlando Pineda y su equipo de hombres y mujeres de la AEPCFA. No puede ser una casualidad que alrededor de la celebración del Día de la Dignidad Nacional se comunique a un militante sandinista de la primera promoción del FSLN, miembro de la Asamblea Sandinista y Congresista con cuarenta años de actividad impecable y reconocida (entendemos que la Orden Carlos Fonseca Amador o la del 25 Aniversario de la Revolución Popular Sandinista no son en el sandinismo reconocimientos y estímulos menores), pero sobre todo a un educador popular y pedagogo, maestro de maestros, con prestigio dentro y fuera del país y líder moral y efectivo de la lucha por una Nicaragua Libre de Analfabetismo (porque lo ha demostrado con hechos en las condiciones más difíciles: Nos referimos especialmente a la gesta de Río San Juan, pero también a la etapa iniciada a partir de 1990… Sin recursos y con la hostilidad de la época se sigue alfabetizando declarándose territorios libres de analfabetismo a Palma Africana de Bluefields y Alcántara (1991), Los Cocos, Ciudad Darío (1992), San Francisco Libre (1993), Batahola Sur (1995), Colama, Tipitapa (1997), Diriomito (1998), San Francisco Libre nuevamente (1999), Nandasmo (2001), Palacagüina (2004),… y ya a partir de 2005 con el pilotaje y la generalización del método “Yo, Sí Puedo” que se llega a atender a un total de 101 de los 153 municipios nicaragüenses en el momento de las pasadas elecciones); no se puede, decimos, nombrar oficialmente el 1 de mayo y defenestrar, cuatro días después como si nombrar y retirar a un alto cargo institucional fuese un acto caprichoso, a esta clase de persona y esta clase de equipo con tan malas maneras el Día de la Dignidad Nacional. Con esto estamos diciendo que ha habido unas consecuencias morales, personales, entendemos que difíciles de reparar se haga lo que se haga o se rectifique lo que se rectifique en el futuro.
Pero dicho esto hay que denunciar las graves consecuencias que puede tener el apartar a Orlando Pineda y la AEPCFA del liderazgo de la Campaña de alfabetización. Pues con toda humildad y respeto nos preguntamos si la persona que lo ha sustituido o el mismo ministro de educación están a la altura en conocimientos, en liderazgo y en autoridad moral y política para no ya mejorar sino igualar las esperanzadoras expectativas que representaban Orlando Pineda y la AEPCFA en la lucha por la erradicación del analfabetismo en Nicaragua. La Pedagogía del Amor, y su práctica en el ámbito de la alfabetización, es algo más que un concepto teórico y sólo la persona que ha alfabetizado a otras sabe de qué estamos hablando….
La pregunta obligada parece que es: ¿apartar a Orlando Pineda y la AEPCFA es bueno para la erradicación del analfabetismo en Nicaragua? Y la respuesta, creemos que es evidente: NO. Un NO claro y rotundo, sin ambigüedades y bien justificado. Y si no es bueno para declarar Nicaragua Libre de Analfabetismo ¿para qué es bueno y conveniente botar a Orlando y la AEPCFA de la manera como se ha hecho? ¿Quién se beneficia con ello? Si a la AEPCFA se le reconoce la AUTORIDAD en la rectoría de la alfabetización en Nicaragua y a las Alcaldías, en cooperación con el MINED y otros organismos (recordemos que el artículo 24 de la vigente Ley General de Educación de Nicaragua deja muy claro que, textualmente, “Las alcaldías en coordinación con el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, Instituto Tecnológico Nacional y Centros de Educación Superior impulsaran programas sostenidos de alfabetización, previo diagnóstico y censo anual de analfabetas”), es decir, básicamente, a los gobiernos municipales y al gobierno central, se le reconoce la RESPONSABILIDAD en la erradicación del analfabetismo ¿porqué no se SUMA la AUTORIDAD y la RESPONSABILIDAD en lugar de restar como se hizo hasta ahora?
Un gobierno que promueve, el progreso y la justicia social, la transparencia, la participación y el poder popular debería dar respuesta a estas preguntas y obrar en consecuencia… Y muchos de nosotros, hijos por vocación de esta Patria estimada, pedimos con toda nuestra humildad y complicidad que así sea. Porque este pueblo se ganó el derecho a triunfar sobre el analfabetismo. Y porque Nicaragua deber poder continuar demostrando al mundo que todo está por hacer, ese otro mundo nuevo posible que acoja todos los mundos, y que todo, absolutamente todo, es posible.
Sebas Parra.
Profesor de la Universidad de Girona, Catalunya, España, de la Red Universitaria Yo, sí puedo
Miembro del Consejo Rector del Instituto Paulo Freire de España
Responsable de la Oficina Europea de Cooperación con la Alfabetización de Nicaragua
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