miércoles, 16 de julio de 2008

Anata: una isla palestina rodeada por un muro de intolerancia




De marxismo en red publicado en http://www.marxismo.org

Tras los “obstáculos” del aeropuerto, por fin, llegamos a nuestro objetivo: Anata. Una pequeña ciudad de 30.000 habitantes que incluye entre su población al campo de refugiados de Shu Afat donde 20.000 personas se hacinan en tan sólo un kilómetro cuadrado.
La mayoría de estos refugiados provienen de la población expulsada a la fuerza en la Naqba: la catástrofe que supuso la destrucción por parte del sionismo armado de 500 poblaciones palestinas en 1948. Los refugiados que se establecieron en Jerusalén fueron a su vez expulsados en 1967 de la zona tomada por el ejército israelí dando lugar a este campo de refugiados.
En la foto se puede apreciar a la izquierda el campo de refugiados y a la derecha un asentamiento israelí de colonos. La diferencia entre ambos es evidente: mientras en el primero las familias tienen que ir construyendo nuevas plantas en las casas para ir acogiendo a los nuevos miembros, es decir, se produce un crecimiento en vertical por la falta de espacio, en el asentamiento de colonos se distinguen modernas casas unifamiliares y amplias zonas para su futura expansión, desarrollándose en horizontal.

También se puede apreciar el muro que separa los dos enclaves. Un muro que acabara rodeando Anata por todas partes menos por una que conecta la ciudad con Jerusalén. Lógicamente el paso está vigilado por un check-point israelí. Lo curioso y a la vez dramático es que más del 50% de la población de Anata no puede ir a Jerusalén porque poseen la tarjera verde que les identifica como palestinos de los territorios ocupados. Si esta barbaridad se consuma, miles de palestinos, hombres, mujeres y niños se encontrarán encerrados de por vida sin posibilidad alguna de salir de este nuevo gheto.
Llama la atención la corta memoria que tienen las autoridades israelíes. Todavía el mundo se escandaliza con la vergüenza del gheto de Varsovia y los gobernantes de Israel repiten, copian, imitan los métodos genocidas de los nazis del III Reich que asesinaron a seis millones de judíos, entre otros colectivos -gitanos, rusos, polacos, comunistas, republicanos españoles, etc.
Una injusticia nunca debería ser reparada con otra.

Javier García.

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