De: mujeresdenegro
por Adrienne Rich*
Queridas, queridos:
La semana pasada, dudando un poco al principio pero con una fuerte convicción al final, di mi apoyo a la Campaña estadounidense por el Boicot Cultural y Académico a Israel. Me gustaría ofrecer mis razones a los amig@s, familiares y compañer@s. He intentado pensar en esto de la manera más meditada.
Mis dudas: Creo profundamente en el poder social liberador, visible e invisible, de cruzar las fronteras de lo creativo y lo intelectual. He sido educada en esto toda mi vida, y mediante largas conversaciones sobre la libertad, la justicia y el poder – y sobre las fuerzas que intentan silenciarlo.
Como judía americana, en los últimos 30 años, me he unido a otros judíos preocupados para formar coaliciones y trabajar contra la ocupación. He visto todo tipo de esfuerzos organizados para silenciar –en Estados Unidos y en otra parte– las críticas a las políticas de Israel –la negación de la humanidad de los palestinos por parte de la ocupación, la destrucción de las vidas y medios de vida de los palestinos, los asentamientos, los muros físicos y psicológicos construidos contra el diálogo– y las campañas para condenar cualquier tipo de crítica como antisemitismo. Junto con otros activistas y escritores he sido acusada por los derechistas de “odiar a Israel” u “odiar a los judíos”. También he visto ataques en el mundo académico americano y en los medios de comunicación a los árabes americanos, musulmanes, estudiantes y profesores judíos cuyos trabajos investigan de manera crítica las bases y las prácticas del Estado y la sociedad israelíes.
Hasta ahora, como partidaria de traspasar las fronteras, no deseaba apoyar un boicot académico y cultural. Pero los ataques continuos y destructivos de Israel en Gaza y las razones unilaterales esgrimidas al respecto me han conducido a reexaminar mis principios sobre los intercambios culturales. El bloqueo israelí de la información, de la ayuda humanitaria, de la observación internacional y de la expresión cultural y académica libre ha llegado a niveles extremos y de una total ceguera moral. Los partidos árabes israelíes han sido prohibidos en las elecciones, los disidentes judíos-israelíes, detenidos, los jóvenes objetores de conciencia que rechazan hacer el servicio militar, encarcelados. Las instituciones académicas son ciertamente sólo espacios de poder relativo. Pero están, en su financiación y su gobierno, implicadas con el poder económico y militar del Estado. Y los medios de comunicación, las instituciones y la política oficial de los Estados Unidos, están de acuerdo con todo esto.
Boicotear a un Estado militar y represivo no significa retirar el apoyo a las luchas individuales contra las políticas de este Estado. Así que, en solidaridad constante con la larga resistencia del pueblo palestino, y también con aquellos activistas israelíes, profesores, estudiantes, artistas, escritores, intelectuales, periodistas, objetores, feministas y otros que se oponen a los medios y fines de la ocupación, he firmado con mi nombre este llamado.
* Adrienne Rich es autora de más de 16 libros de poesía, incluyendo Diving into the Wreck, The Dream of a Common Language, The Fact of a Doorframe: Selected Poems 1950-2001, An Atlas of the Difficult World: Poems 1988-1991, Collected Early Poems: 1950-1970, Dark Fields of the Republic: Poems 1991-1995, Midnight Salvage, Fox, and The School Among the Ruins, as well as Of Woman Born: Motherhood as Experience and Institution and What is Found There: Notebooks on Poetry and Politics. Rich's newest book of poems is Telephone Ringing in the Labyrinth (2007). She will publish a new collection of essays, A Human Eye: Essays on Art in Society, in May 2009 with Norton.
El comentario de Rich fue publicado por primera vez por Jewish Peace News el 8 de febrero de 2009; se difunde con propósitos educativos.
3 de febrero 2009
Traducción del inglés: María Palomares Arenas Cabral, Barcelona
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