viernes, 1 de febrero de 2008

"Hay que controlar el discurso del imán en las mezquitas de Barcelona"

Entrevista a Javed Ilyas

El presidente de la Asociación de Trabajadores de Pakistán de Catalunya no cree que los detenidos del pasado sábado quisieran atentar contra su propia comunidad

Albert Domènech | Barcelona | 23/01/2008 |

En Barcelona viven actualmente más de 13.000 pakistaníes, de los cuales un 42% están afincados en el distrito de Ciutat Vella. No es de extrañar que el barrio del Raval esté viviendo estos últimos días una situación delicada, después de las catorce detenciones producidas el pasado sábado de miembros musulmanes supuestamente relacionados con una trama de terrorismo islamista. Las primeras informaciones hablan de la posibilidad de que los detenidos-entre los que hay doce pakistaníes- quisieran atentar contra una mezquita de Barcelona, una idea que descarta el presidente de la Asociación de Trabajadores de Pakistán de Catalunya, Javed Ilyas. Ilyas que ayer pasó por los estudios de RAC1, cree que la policía se excedió en su actuación del sábado y reconoce que las mezquitas deberían someterse a algún tipo de control, especialmente en todo lo que afecta a la figura del imán.

Javed Ilyas es el presidente de la Asociación de Trabajadores Pakistaníes de Cataluña / Albert Domènech

-¿Ha detectado algún episodio xenófobo en el barrio del Raval desde que se produjeron las detenciones?
-Creo que la gente recibe tantas noticias en referencia a este tema que ya está más que acostumbrada. La actitud de la gente catalana ha cambiado mucho y sabe perfectamente que el hecho de que exista algún radical musulmán no significa que se tenga que sacrificar a toda una comunidad como la nuestra. Quiero dar las gracias a la gente catalana de la calle que no ha cambiado su actitud con nosotros, a pesar del revuelo del tema, y que nos sigue recibiendo como antes. Incluso ha habido gente que se ha preocupado por nosotros y ha venido a nuestra asociación a decirnos que, pase lo que pase, tenemos que seguir igual.


-¿Cree que la policía se precipitó al hacer las detenciones?
-Sí, completamente. Estamos especialmente enfadados por cómo se produjeron estas detenciones, sin tapar la cara de nadie. Hay algún nieto de alguna persona detenida que tiene que soportar cada día como en la escuela, otros niños le preguntan por su familia terrorista, porque han salido en la tele. Si una persona mata a su mujer o le ha dispensado malos tratos, lo primero que hace la policía al detenerla es taparle la cara. ¿Por qué no se hizo lo mismo aquí?

-Habla del nieto de Ayub, dueño de una de las pastelerías del barrio y que lleva más de 30 años en la ciudad. ¿Le conoce personalmente?
-Sí, claro. Vamos a menudo a su pastelería y solemos tomarnos algo con la gente de la asociación. Incluso hemos llevado muchas veces a gente de aquí para que prueben los dulces autóctonos del Pakistán. Ahí hablamos tranquilamente y pasamos el rato.

-¿Le sorprendería entonces que Ayub estuviera implicado en alguna operación terrorista?
-Mucho. Para mí es muy duro y para la gente de nuestra asociación también. Una de nuestras funciones es hacer agrupaciones de familia y recuerdo que hace poco vino otra de las personas que fueron detenidas. Tiene 27 años y preparé todos sus papeles para que pudiera venir a vivir aquí. Estaba muy feliz por ello e incluso estaba esperando a que su mujer también pudiera venir. Se me hace muy difícil pensar que estuviera preparando ningún atentado.

-¿Cómo ha recibido su colectivo la noticia de que el supuesto atentado que se estaba preparando fuera contra la misma comunidad musulmana?
-Es muy difícil, para nosotros esta noticia ha sido un golpe muy duro. Creo que no puede ser cierta porque las dos mezquitas que hay en el Raval tienen una relación muy buena entre ellas, sin ningún conflicto, así que no me lo puedo creer.

-Ambas son de ideología sunita. ¿Qué les diferencia entonces?
-Básicamente diferencias relacionados con las creencias religiosas más prácticas. Uno de los colectivos piensa que Mahoma sigue vivo, mientras que el otro cree que su ideología es lo que pervive, no Mahoma. Una de las comunidades va al cementerio a rezar y la otra cree que no hay que ir a ningún cementerio para hablar directamente con Dios. Detalles así.

-Cuando usted llegó a Barcelona en 1992 sólo existía una mezquita. ¿Era más fácil la integración entre comunidades de esta forma?
-Ahí no me meto porque es política del Pakistán y hay muchos intereses.

-¿Usted sería partidario de vigilar las mezquitas?
-Más que vigilar se tendría que controlar el discurso del imán y asegurarse de que hable muy bien el castellano. También soy partidario de cambiar el imán de cada mezquita periódicamente, cada dos o tres años, como máximo, creo que así sería mejor para nuestra comunidad y para todos.

-Existe cierto recelo por parte de la comunidad pakistaní de hablar del tema de las detenciones. ¿Se está viviendo este episodio con precaución o con miedo?
-Hace muchos años que Pakistán está gobernado por una dictadura y eso hace que se le coma mucho el coco a la gente, especialmente en contra del mundo cristiano. Hay mucha gente inocente en Pakistán que no sabe que España es un país laico, ni siquiera saben quién gobierna. Pero creo que la culpa de este odio inocente es del Gobierno de nuestro país, que está llenando de mentiras a la gente.

-Por muy inocente que sea no deja de ser odio. Es un problema de raíz, no de integración…
-Exactamente. Cuando llegué por primera vez a Barcelona me di cuenta que tenía una imagen metida en la cabeza que no se correspondía para nada a lo que veía. Pero hasta que no vine a España y lo viví por mi cuenta no cambié mi concepción del país y de la ciudad.

-Suele pasar. También hay en España quien se dedica a desgastar la imagen de Cataluña a base de informaciones difusas y manipuladas…
-Lo sé, también lo he vivido. Mira, aquí hay bastantes pakistaníes que creen en una política para su país mucho más centralista y piden un Pakistán fuerte sin derechos para las comunidades. Cuando hablo con mis amigos sobre este tema siempre les pongo el ejemplo de Catalunya, que quiere preservar su derecho sobre conceptos como la lengua o la economía, pero eso no significa ir en contra de España, simplemente existe otra política y otro pensamiento, nada más. Para mí Cataluña es un ejemplo vivo.

-Nacionalismos al margen, ¿tienen ustedes pensado hacer alguna manifestación para expresar la opinión de la comunidad pakistaní acerca de todo lo sucedido?
-De momento no, ha habido algunos grupos que se han dirigido a la asociación para que montáramos algún acto, aunque yo les he dicho que ahora no es el momento de hacer ninguna acción hasta que no haya una resolución definitiva por parte de la justicia.

-¿Qué pasará si se vincula alguno de los miembros pakistaníes detenidos con una trama terrorista?
-Nada, si es así hay que castigarlo y por lo que respeta a nuestra comunidad creo que todo seguirá igual porque la gente sabe que las generalizaciones no favorecen ninguna convivencia.

-La presidenta de la Fundació Tot Raval, Rosa Gil, ha declarado a La Vanguardia que el colectivo de pakistaníes es "autosuficiente y que no tienen necesidad de integrarse", una imagen compartida por gente autóctona del barrio. ¿Se siente identificado con estas palabras?
-Los pakistaníes tienen una fama de ser una comunidad muy cerrada, recta, religiosa y apartada del resto de las comunidades…

-Y…
-Y eso es así. Ahora, se tiene que pensar por qué se ha llegado a esta situación.

-¿Por qué?
-La asistencia a las mezquitas es cada vez mayor, esto significa que hay que controlar el discurso del imán que quiere difundir, en muchas ocasiones, una cultura propia de hace muchos siglos. Es un discurso cada vez más caduco al que se exponen cada día millones de pakistaníes que ven como se les coarta su libertad. Un imán nunca te dirá que España es un país laico.

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