Hoy 17 de Febrero de 2008 está anunciada la declaración de independencia de Kosova. Se han pronunciado en contra el gobierno serbio, Putin, Rajoy, Pepe Bono y las iglesias cristiano-ortodoxas. No es difícil extraer consecuencias de estos pronunciamientos.
En 1999, se llevo a cado una campaña pacifista en la que no muchos , y probablemente con no mucho éxito, intentábamos explicar que una mínima coherencia antimilitarista imponía la lógica de rechazar tanto el genocidio y la limpieza étnica contra la poblacion albano-kosovar perpetradas por el gobierno de Belgrado, como el ataque de la OTAN contra Serbia, Montenegro y Kosova. Arduo empeño, en la medida que la campaña oficial de la administración Clinton y la campaña subsidiaria del gobierno Aznar contaban con no pocos corifeos de la “gauche divine” mediática que ofrecían un punto de vista “ético” que justificaba los bombardeos de la Alianza Atlántica para conseguir una supuesta defensa de los derechos humanos gracias a la aplicación del confuso principio de la injerencia humanitaria. Si bien es cierto que aquellos estaban siendo conculcados por el gobierno Milosevic desde el acceso de éste a la presidencia de la República de Serbia, nadie fue capaz de convencernos a los anti-militaristas de la posibilidad real de imponer a cañonazos la defensa de los derechos individuales y nacionales de la población albano-kosovar.
En el otro extremo se encontraba otra izquierda menos “divine” , pero no menos tuerta, que era incapaz de enfrentarse al discurso atlantista sin caer en la tentación de “darle la vuelta como un calcetín” a ese discurso. Esa “vuelta” al discurso llevó a no pocos activistas y a no muchos pensadores a defender con vehemencia que Slobodan Milosevic, el gobierno de Belgrado, las fuerzas especiales de la policía y el ejercito federales y hasta los llamados suavemente paramilitares eran “de los nuestros” . Estos últimos eran en realidad mercenarios de la peor ralea embozados en las banderas de la monarquía serbia, en las cruces de la iglesia ortodoxa y en los uniformes de guardarropía de los Chetniks filo-nazis de la II Guerra mundial que llevaron a cabo en Kosova el trabajo mas sucio que las tropas federales no llegaban a ejecutar, gracias a la experiencia acumulada en las Krajinas, en Eslavonia y en Bosnia-Hercegovina. (2)
En esa mas que difícil campaña antimilitarista en la que sostuvimos contra viento y marea el slogan “NI OTAN, NI MILOSEVIC” , Carlos Taibo contó en mesas redondas celebradas aquí y allá un chiste bastante cruel, probablemente apócrifo, pero como dice la tradicción italiana “Si non è vero è ben trovato”. Relataba Taibo que en el secuestro en Belgrado al que tenía sometido Milosevic a Ibrahim Rugova, presidente electo de Kosova, éste intentaba con poca fortuna negociar la paz con aquel. Armado de la santa paciencia que todo el mundo atribuía al seguidor de la no-violencia de Ghandi, Rugova le dirigió a Milosevic la siguiente pregunta: “¿Cómo es posible que la constitución federal de lo que queda de Yugoslavia permita a Montenegro independizarse con sólo aprobarlo en referéndum, y se nos niegue ese derecho de autodeterminación a Kosovo dónde vivimos 2 millones de habitantes, frente a los 800 mil de Montengro?“A lo que Milosevic, en plena campaña de limpieza étnica contra los albano-kosovares le respondió: “Amigo mío. En cuanto ustedes sean sólo 800 mil, hablaremos de ese tema”
Al menos en esta ocasión habrá que concederle al razón a Oscar Wilde que estaba empeñado en que “la vida reproduce las maravillas del arte” (3), puesto que 8 años mas tarde Montenegro celebró un referéndum de autodeterminación al que la llamada comunidad internacional envió una nutrida tropa de observadores a traves de la OSCE (Organizacion para la Cooperacion y Seguridad en Europa). Entre estos supervisores electorales se encontró el que escribe estas lineas, con lo que puedo dar fe de que el proceso fue limpio, y mas que tranquilo. De modales poco menos que versallescos, vamos. En ese referendum Serbia ni se opuso, ni amenazó con males mayores.
Sin embargo, estamos todavía aquí con la cuestión kosovar sun resolver, por mas que el peso demográfico albano-kosovar sea mayor que el montenegrino (como reclamaba el Rugova del chiste) y que la realidad nacional de Kosova tenga “fet diferencials” (que dirían los catalanes) mucho mas marcados: ni su lengua , ni sus habitantes pertenecen a la familia eslava, mientras que los montenegrinos comparten con Serbia lengua, alfabeto (cirílico) y religión mayoritaria cristiana ortodoxa, además de una historia común mucho mas ausente de conflictos que los ya históricos entre albaneses y eslavos.
Bien, una vez explicado el porqué del titular de estas notas, cabría aventurar alguna respuesta a esa pregunta. Y la mas plausible es que las potencias que dirigen el "Concierto de las Naciones" han adoptado tanto en lo que fue Yugoslavia, como en lo que fue la URSS el principio de respetar el “statu quo ante”. Es decir la legalidad de las fenecidas constituciones yugoslava y soviética que reconocían a unos territorios la categoría de repúblicas constituyentes y, por lo tanto el derecho de autodeterminación , negándoselo todavía, bastantes años después de la desaparición de esas constituciones, a territorios como Kosova o Chechenia.
UNA DECADA OLVIDADA DE DESOBEDIENCIA CIVIL NO-VIOLENTA EN KOSOVA.
La ceguera occidental es proverbial, y en el caso de Kosova ha rayado lo criminal: En efecto durante 10 largos años los gobiernos del Mundo miraron hacia otro lado frente al imponente modelo de desobediencia civil no-violenta de Kosova enfrentado al golpe de estado que supuso la supresión por la fuerza de las instituciones autonómicas (que le reconocía la constitución de Tito de 1974) y la ley marcial, ambas impuestas por Milosevic.
Este movimiento cívico, inspirado en las ideas de Ghandi, fue capaz de organizar elecciones y mantener un sistema educativo y una sanidad parelela, ya que el racismo serbio había impuesto un régimen de apartheid que expulsaba del sistema nacional de la salud y de los niveles secundarios y universitarios de la enseñanza a la totalidad de la población albanesa. En aquellos años de la no-violencia hubiera sido sencillo arbitrar alguna solución. Hoy ya no es posible: se ha derramado demasiada sangre y el odio seguirá a flor de piel durante generaciones.
El pasado 10 de diciembre de 2007 se esperaba una declaración unilateral de independencia y sin embargo nos desayunamos con un comunicado conjunto de todos los partidos políticos kaosvares, en la que, a la vez que daban por fracasadas las negociaciones con Belgrado, se plegaronn a las exigencias occidentales, puesto que no declararon su independencia de Serbia a la espera de la aprobación previa de la Unión Europea y Estados Unidos.
Vuelta a empezar, por tanto, sin llegar a ninguna solución, puesto que unos y otros temen el efecto contagio que pueda producirse entre las naciones sin estado del resto de Europa y el Caúcaso.
Hoy 17 de Febrero de 2008, presenciaremos un nuevo capítulo, que no será el último: está anunciada la declaración de independencia de Kosova.
Se han pronunciado en contra el gobierno serbio, Putin, Rajoy, Pepe Bono y las iglesias cristiano-ortodoxas. No es difícil extraer consecuencias de estos pronunciamientos.
Julio Rodríguez Bueno,es historiador y presidente de la Asociación Paz Ahora. Como volutario de esta ONG ha visitado en misiones solidarias todos lo estados post-yugoslavos desde la "Caravana porla Paz a Sarajevo" de 1993. Ha participado como observador de la OSCE en varias procesos electorales en Bosnia y Kosova y en el referéndum de independencia de MonteNegro-Crna Gora.
P.-S.
Notas: (1) Se prefiere aquí utilizar la denominación Kosova que utiliza el 90 % de la población albanesa, enfrentado al término Kosovo (o Kosovo-Metohija) que utilizan los serbios.
(2) El principal criminal de guerra paramilitar serbio era conocido como “Arkan”. Su carrera política empezó como agitador de grupos de hooligan serbios antes de las guerras de los Balcanes . Los pingües beneficios que le reportó su actividad de pillaje le ayudaron a satisfacer su pasión deportiva al obtener dinero suficiente para comprar un club de fútbol de primera división (el Obilic). Su boda fue apoteósica. Una inmensa cruz ortodoxa precedía a los contrayentes, con el novio disfrazado con un uniforme militar de la época de la monarquía. Pero lo que hizo popular su boda es que fue repartiendo monedas de oro a los invitados. Alguna banda mafiosa rival, o el aparato del estado serbio debieron considerar que sabía demasiado o que era demasiado incomodo y acabó sus días con un disparo en la cabeza en plena calle a la luz del día.
(3) "La mísera vida, verosímil y sin interés, reproduce las maravillas del arte”. (Oscar Wilde. La decadencia de la mentira, 1889).
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