Una EUiA más movimiento y + izquierda es uno de los retos de la asamblea de noviembre. Queremos una EUiA movimiento y movilizadora.
En las dos cosas vamos flojos. La crisis lo es de toda la izquierda, expresada en la transformadora, pero no únicamente de los otros (IU, ICV, incluso ERC), estamos inmersos en ella.
Una ojeada a las asambleas nos ofrece una afiliación resistente, pocas caras nuevas, y una extrema dificultad para que la juventud pueda forjar su lugar de vanguardia. Todos debemos trabajar a fondo, tanto respecto a la orientación política, como en la dedicación de nuestra organización y dirección. Aprovechemos la paz interna para avanzar y no para quedarnos en alabanzas efímeras. La dirección debemos dar un giro a fondo hacia lo que hay a ras de suelo.
Debemos señalar las ventajas que tenemos y los puntos débiles. Con diez años somos una organización nueva; formada por afiliación experimentada, con déicit de jóvenes.
Combinamos un sistema asambleario de base con estructuras directivas representativas, con criterio de consenso entre base y dirección. Aplicamos métodos de dirección de vieja escuela. Confundimos la tarea de formar equipos con criterio político, con gente fiel e ilusionada. Se extiende un talante de ordeno y mando que emana de arriba abajo, excluyente del fermento de la crítica natural.
Establecemos criterios democráticos y de transparencia. Ahora bien las tácticas políticas se ofrecen pre-acordadas, con una gran dificultad en relación con la riqueza orgánica desde el principio de germinar una propuesta.
En todo el cinturón industrial encontramos gente de EUiA. Nuestra gente está prácticamente en toda movilización, pequeña o grande, en los sindicatos, las asociaciones de vecinos, las universidades, entidades de ocio, deportivas, democráticas, cívicas, de la cultura. Pero las nuevas realidades movimentistas parecen subvaloradas, por su reserva contra la organización y los partidos políticos sobretodo los parlamentarios.
Nos proclamamos y queremos ser gente constructora de políticas alternativas i defensora de las cosas que preocupan a la gente trabajadora. No hacemos ruido ante las políticas gubernamentales a las que hemos de presentar alternativa. ¿Acaso la gente tampoco entiende que sea útil una izquierda amansada, dado que para eso ya tienen al PSC?
Buena parte de la gente activista percibe a EUiA más con el gobierno que presionando al gobierno y bregando para que las políticas correspondan a las demandas.
Necesitamos invertir esta percepción. El hecho de contar con gente en todas partes nos lo permite. Conviene que la asamblea nacional asuma que el conjunto de la organización, empezando por su dirección, ponga el centro de atención, dedicación y actuación política, en las cosas que se mueven y preocupan. De tal manera que se perciba también en todas partes, atenuando temores y prevenciones, para que se transmita al Parlamento y, cuando convenga, se efectúe la presión adecuada al gobierno.
Francesc Matas Salla
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