Mensaje enviado desde la prisión por Marwan Barghouti, militante y diputado palestino encarcelado en Israel, en ocasión del encuentro de apoyo a los derechos del pueblo palestino realizado en París, el 17 de mayo 2008, que reunió mas de cuatro mil personas. (1) Marwan Barghouti, 48 años, el más popular de los dirigentes palestinos, fue secuestrado por el ejército israelí el 15 de abril de 2002. Trasladado ilegalmente a Israel, torturado y mantenido en aislamiento completo durante semanas, fue sentenciado por un tribunal de Tel Aviv, en junio de 2004, con cinco condenas de cadena perpetua, acusado de "asesinatos y pertenencia a una organización terrorista". Marwan Barghouti se había incorporado a El Fatah muy joven. A los 18 años fue arrestado y pasó cinco años en prisión, en la cual dedicó parte de su tiempo a estudiar el hebreo, que se convirtió en su segunda lengua. Casado y padre de cuatro hijos, diplomado en ciencias políticas, elegido diputado del Consejo Legislativo Palestino, se convirtió en el más popular dirigente de la nueva generación. Su hijo mayor también fue arrestado, así como su esposa, abogada encargada de su defensa. Ambos pasaron meses en la prisión. "La ocupación no puede continuar. No hay otra solución para poner fin a
Muy queridos amigos,
Es un gran placer y un honor para mí dirigirme a vosotrosy saludaros hoy con el más grande respecto y la expresión de mi mayor consideración.
Quiero agradeceros vuestra solidaridad, vuestros esfuerzos, el papel eminente que jugáis en apoyo de nuestro legítimo combate. Este combate ha entrado actualmente en una fase decisiva para el pueblo palestino y su porvenir.
Lo que está en juego es la voluntad de realizar su autodeterminació
Nosotros queremos un Estado palestino viviendo al lado del Estado israelí. Los refugiados deben concretar el ejercicio de su derecho al regreso en virtud de la resolución internacional 194 de las Naciones Unidas. Deben ser liberados los más de 11.000 prisioneras y prisioneros, entre los cuales se halla un tercio del parlamento palestino electo.
Mis queridos amigos,
El trabajo y la energía que desplegáis para sostener nuestra causa se dan cuando continúa la agresión y el asedio contra nuestro pueblo llevados a cabo por los dirigentes israelíes.
Los asentamientos y la colonización siguen en alza. La tierra de Palestina es robada y la judaización de Jerusalén sigue su curso. Mientras nosotros estamos asediados, prosigue la empresa insoportable de hambrear a toda una población en la franja de Gaza, que se ha convertido en la cárcel más grande del mundo. En los territorios ocupados, en Jerusalén, centenares de barreras militares truncan la continuidad territorial en Cisjordania. Y se atraviesan en la libertad de circulación entre ciudades y aldeas, mientras se multiplican los arrestos arbitrarios y los asesinatos.
Vuestras acciones de apoyo vienen en un momento en el que no existe en Israel interlocutor alguno en favor de la paz, alguien dispuesto a terminar con la ocupación y reconocer finalmente los derechos nacionales del pueblo palestino.
A pesar de todos estos obstáculos, los palestinos siguen defendiendo firmemente sus derechos. Exigen la paz, la libertad, el regreso de los expulsados y la independencia. La paz sólo puede comenzar con el fin completo de la ocupación de los territorios ocupados desde 1967.
Mis queridos amigos,
Vuestro apoyo y vuestra presencia al lado de nuestro pueblo palestino constituyen una importante toma de posición en favor de la verdad, de la justicia, de la igualdad y de la libertad. Son la expresión de vuestra solidaridad humana, así como de vuestro claro y noble compromiso con el derecho de los pueblos a disponer de sí propios. Ese apoyo que nos prestáis nutre vigorosamente nuestra fe y nuestra confianza en el porvenir.
Contribuye también a fortificar mi entusiasmo, mi voluntad y mi capacidad para desafiar al ocupante incluso desde la pequeña y sombría celda carcelaria en la que me hallo y desde la que, aun oscura y angosta, puedo escuchar vuestra voz, alta y potente, de sostén a nuestro pueblo. Eso multiplica nuestras fuerzas y nuestra moral.
En suma y para concluir, queridos amigos, os digo esto: que no nos doblegarán; que nuestra indómita voluntad se mantendrá intacta. Que nuestro sacrificio por la libertad no se debilitará y que ese sacrificio no es inferior al ejercicio de la libertad misma.
Vuestro hermano, Marwan Barghouti. - Prisión Hadarim, celda 28.
NOTA: (1) Organizado por
Traducción y edición para www.sinpermiso.
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