martes, 2 de septiembre de 2008

La guerra de Georgia y Rusia

La libertad de los pequeños pueblos

La noche del 7 al 8 de agosto tropas georgianas entraban a sangre y fuego en territorio de Osetia del Sur para intentar aplastar la resistencia de los osetios que rechazaban continuar formando parte de Georgia. Esa brutal intervención militar fue aprovechada por el ejército ruso para invadir Georgia, ocupar y destruir algunas de sus ciudades, bloquear sus puertos y carreteras y dejar un reguero de destrucción y muerte de civiles.

La zona del Cáucaso, como los Balcanes, se caracteriza por la existencia de diversos pueblos que en su historia no llegaron a configurar un Estado y que a lo largo de los siglos han tenido que soportar la opresión de la gran potencia rusa o de otro pueblo como el georgiano en el caso de los osetios o abzajos. La falta de resolución de un marco libre y democrático que permitiera la convivencia pacífica de los pueblos ha sido y es la causa de enfrentamientos y guerras, y de disputa de zonas de influencia entre las grandes potencias.

Porque ni el ataque militar de Georgia ni la brutal invasión de Rusia tienen nada que ver con la defensa de las libertades y los derechos de esos pequeños pueblos. Para el gobierno de Georgia se trataba de aplastar las legítimas exigencias del pueblo osetio y para Rusia, que ha demostrado en Chechenia como concibe los derechos de los pueblos, extender su influencia en la zona y doblegar a Georgia como un medio de volver a extender su poder de gran potencia imperial.

La reacción del imperialismo americano y de la Unión Europea no ha sido menos escandalosa porque también han puesto por delante de los derechos de los pueblos sus intereses de grandes potencias y de influencia en la zona, o el gobierno español enviando una fragata al Mar Negro. Para los Estados Unidos, que también está demostrando en Irak o en Guantánamo lo que le interesan los derechos democráticos de los pueblos, lo importante es su influencia en Georgia y la posibilidad de integrarla en la OTAN. No es de extrañar que su reacción ante la intervención rusa en Georgia haya sido acelerar el acuerdo con el gobierno de Polonia para la instalación de un escudo antimisiles.

Para las grandes potencias, sea el imperialismo americano, la Unión Europea o Rusia, el interés por los problemas políticos o sociales en el Cáucaso está determinado por el petróleo en la zona. Por Georgia pasan importantes oleoductos que transportan gas y petróleo del Mar del Caspio hacia Europa. La influencia o el control de esa zona es vital para sus intereses. Para ellos lo de menos son los derechos de los pueblos.

Esta guerra ha elevado el tono y el enfrentamiento político y militar entre las grandes potencias. Rusia ha reconocido la independencia de Osetia del Sur y Abzajia, pero en realidad se trata de en un futuro incorporarlos a Rusia. ¿Por qué sino estaría dispuesta a ese reconocimiento mientras que sigue tratando a fuego la lucha de los chechenos por su independencia y se niega a aceptar la de Kosovo?. Estados Unidos ha enviado barcos a las costas de Georgia y amenaza con otro tipo de represalias. La escalada de amenazas presagia un recrudecimiento del rearme militar y de los enfrentamientos en la zona.

Exigimos:

• El reconocimiento de los derechos democráticos, incluido el de la independencia, para los pueblos osetio y abzajo.

• La retirada de las tropas rusas de Georgia y de los navíos norteamericanos de la zona.

Los derechos de los pueblos no serán defendidos por las grandes potencias. Al contrario, pueden ser utilizados para la defensa de sus propios intereses o para el enfrentamiento entre ellas. Los derechos de los pueblos serán defendidos por la movilización y solidaridad de los pueblos y de la clase trabajadora.

Comité Ejecutivo del Partido Obrero Revolucionario (POR) - Cuarta Internacional

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